Pone numerosos ejemplos del comportamiento infantil de los deportistas profesionales, pero nos resultará fácil entenderlo si pensamos en los futbolistas que exhiben los valores de su éxito en fiestas con los chicos y las chicas más guapísimas, la gorra atrás, los coches caros, los pelos cardados, los yates; son la imagen del éxito y el modelo de los valores del deporte.

Luego se confiesan redimidos por el deporte. Gracias al deporte son algo (tienen dinero, son queridos). Gil Gamesh, después de ser expulsado de la liga profesional y de una peripecia soviética que no tiene desperdicio, vuelve a Norteamérica y el jugador reconoce… por primera vez en la vida me daba cuenta de que este era mi país, de que un país, algo, podía ser mío realmente. No, mi corazón nunca lloró por la humanidad, ni por la clase obrera, sólo por mí, por el número 19. 

Creo que después de leer La gran novela americana habremos aprendido todo o que hay que saber sobre la psicopatología del deportista profesional. Pero hay mucho más que saber sobre el deporte y Philip Roth nos lo enseña.